El obispo de
Huelva, José Vilaplana, fue el invitado en el penúltimo programa de la temporada de La Tertulia Recreativista. Tras saludar con un "muy buenas noches", dijo estar "encantado de estar aquí con ustedes".
"Eso estoy preguntándome yo", dijo acerca de qué hacía en un programa deportivo. "Eso me estoy preguntando, ¿qué hago yo aquí? Pues en primer lugar compartir una inquietud y una ilusión de una ciudad, que es su equipo de fútbol y aunque yo no sea, ni mucho menos, un especialista en fútbol, pero sí procuro que las realidades de la ciudad donde vivo y donde sirvo pues me afecten y entonces me intereso, y cuando me habéis invitado me he sentido muy contento de poder compartir este rato con vosotros".
"Me parece que sí", dijo al ser preguntado si sabía dónde conoció a José Luis Camacho Malo. Fue en la cárcel: "pues sí", realizando un programa con los internos de la prisión.
"Un obispo debe de estar cerca de los fieles que se les encomienda"
Preguntado por la empatía que genera, contestó que "pienso que un obispo debe de estar cerca de los fieles que se les encomienda y con el impulso que nos ha dado el papa Francisco realmente el contacto personal es fundamental para poder desarrollar una labor de evangelización y, efectivamente, pues sí, en toda la provincia de
Huelva ya no me pierdo, en cualquier lugar donde me dejéis. He visitado gracias a Dios todos los pueblos, las aldeas, dos vueltas en la visita pastoral y en la confirmación ahora todos los días prácticamente de la semana voy a un pueblo o a otro a confirmar a los muchachos".
En
Huelva encontró "muy buena acogida. Realmente yo pienso que en
Huelva a los pocos meses de estar aquí me daba la impresión de que llevaba en
Huelva mucho tiempo y creo que la verdad es que es una sociedad muy abierta, muy acogedora, y, por tanto, desde el primer momento me he sentido como en casa".