Pablo Lozano, que el 3 de junio sustituyó en la presidencia de la Real Federación Andaluza de Fútbol a Eduardo Herrera tras su renuncia después de 33 años en el cargo, someterá su actual cargo a ratificación por parte de la Asamblea de la RFAF el 6 de julio para dejar de "estar como presidente accidental". 
 
Lozano (Pozoblanco -Córdoba-, 1979), de 39 años, declaró en una entrevista que ese día habrá una asamblea extraordinaria de la Federación Andaluza antes de la de carácter ordinario en la que pretende someterse a "una ratificación por parte de los asambleístas". 
 
"No quiero estar como presidente accidental, sino ejercer como tal para poder tomar decisiones como presidente electo con mi equipo y poder marcar así tu línea de trabajo", subrayó el dirigente cordobés. 
 
Aseguró que, "si hubiera una sorpresa, no pasaría nada", porque "verdaderamente" quiere que le elijan "por convicción" y le "valoren" por su "manera de pensar y "por todo lo hecho en el pasado", una postura que esta transmitiéndole "a todas las delegaciones". 
 
"Me gusta la democracia y que pudiera haber una alternativa, porque aún se podrían presentar candidatos cumpliendo unos requisitos", indicó Lozano, que añadió que, con independencia de esa ratificación, su llegada a la presidencia le "ha cambiado la vida en particular". 
 
Señaló que ahora sólo puede estar "un día o dos entre Pozoblanco y Córdoba", ya que el resto los pasa "en Sevilla y el resto de provincias", "pero sobre todo en cómo pensar en el fútbol andaluz en general". 
 
"Es verdad que cuando (Herrera) me llama hace siete años para ser vicepresidente y estar bien posicionado, pues estás en las negociaciones y preparado. Luego te posicionas en la Española y te ves más posicionado, pero hasta que no llega el momento y el presidente da el paso al lado, no le ves que llegue el momento", manifestó.